La dieta mediterránea consiste en un estilo de vida basado en una dieta equilibrada y variada en la que predominan los alimentos obtenidos de los cultivos tradicionales de esta zona geográfica bañada por el mediterráneo: el trigo, el olivo y la uva.

¿Cuáles son sus beneficios?

Los beneficios de esta alimentación están avalados por estudios epidemiológicos y clínicos. Las investigaciones in vitro realizadas en laboratorio muestran que el consumo de estos alimentos disminuye el estrés oxidativo y son preventivos para la obesidad, enfermedad de Alzheimer, la diabetes, hipertensión arterial, distintos tipos de cánceres, osteoporosis, enfermedades cardiovasculares y las muertes prematuras derivadas de estas patologías.

Los aportes de esta dieta son:

  • Bajo aporte en grasas saturadas.
  • Alto aporte en grasas monoinsaturadas.
  • Balanceada en ácidos grasos poliinsaturados (omega-3 y omega-6).
  • Bajo aporte en proteína animal.
  • Rica en antioxidantes.
  • Rica en fibra.
  • Rica en hidratos de carbono complejos.

 

Sus efectos positivos para la salud

Entre los efectos beneficiosos que tiene la dieta mediterránea para nuestra salud destacamos:

  • Disminución del colesterol total y el LDL (de baja intensidad).
  • Incremento del colesterol HDL (beneficioso para la salud).
  • Aumento de la capacidad antioxidante del organismo.
  • Eleva los niveles de vitamina C, E, beta-caroteno y polifenoles en la sangre.
  • Disminuye los niveles de presión arterial, porque tiene poco sodio y es abundante en potasio y fibra.
  • Ayuda a la desintoxicación de sustancias en el hígado.
  • Disminuye el riesgo de trombosis, actuando sobre los mecanismos de la coagulación.
  • Protege a las arterias, dilatándolas y estimulando la producción de la enzima óxido nítrico sinterasa del endotelio (capa interna de las arterias).
  • Disminuye las reacciones inflamatorias.
  • Modifica la expresión de los genes, haciendo que sean más saludables y aumenta la capacidad inmunitaria de defensa.